lunes, 10 de diciembre de 2012

#1DMX

"por andar abriendo la boca y estar en lugares donde no debían"
- Mujer en SCLC, 8 de diciembre de 2012



El pasado 1 de diciembre fue un día difícil para mí. Más de una vez sentí cómo se me empequeñecía el corazón al leer los reportes y ver en línea las imágenes de lo que estaba sucediendo en el D.F.  Me sentí inútil. Lejana. Me sentí impotente de no haber estado ahí marchando con estudiantes, mujeres, profesores/as, trabajadores/as, profesionistas, jóvenes y personas de todo tipo que, ante la situación que se vive en el país, salieron a dejar en claro su inconformidad.
Marché en San Cristóbal junto a no más de 100 personas que se congregaron en la Plaza de la Resistencia antes de saber bien lo que sucedía en México. Yo tampoco puedo dejar que pase el día así como así, pensé, sin hacer notar de alguna manera que estoy preocupada, que no estoy de acuerdo, que necesito sumarme también.

Después me conecté para averiguar qué estaba pasando y me quedé horas ante la pantalla de la lap, atónita, consternada, enfurecida. El primer día y así empezamos, con enfrentamientos y represión...

No me sorprendió tanto el impresionante despliegue de fuerza pública. Tampoco me sorprendieron las bombas molotov, o los desmanes en el centro... No creo más en la violencia ciega y sin sentido. Creo que hay causas sociales subyacentes que están detrás de estos encontronazos que se muestran como síntomas de una sociedad enferma, de personas cansadas y frustradas, de enojo, de desconsuelo, de incertidumbre, de desigualdad.... Tampoco me sorprendieron los reportes de infiltrados en la manifestación y de provocadores, tácticas viejas del Estado que no son nuevas aquí ni en ningún lugar del mundo....

Lo que me sorprendió y me causó tanto dolor e impotencia fue la reacción de la gente, mucha muy cercana, que no perdió tiempo al calificar a l@s manifestantes como un grupo homogéneo "vandálico", "anarquista", "violento"... qué falta de análisis, pensé. Qué falta de reflexión. Qué pocas ganas de ver más allá de lo inmediato para tratar de comprender lo que sucede...para preocuparse e involucrarse. Ante los primeros informes de personas cuyo paradero era incierto todavía se hablaba con cautela de "desaparecidos". Me sorprendí aún más ante comentarios estilo "qué bueno" y "si los desaparecen a todos, mejor".

Mi tristeza se convirtió en total indignación y enojo. No puedo imaginarme el dolor de las familias y su preocupación. Aún más cuando diversas personas fueron detenidas injustamente y encarceladas. Como si no supiéramos la humillación y tortura a los que los someten, como si no pudiéramos imaginarnos lo que debió sentir esa chava o chavo cuando los amedrentaron, desnudaron, golpearon y abusaron...

Me sorprendió la facilidad de la gente de continuar en la preocupación cotidiana, de pensar en qué había que comprar para la navidad, de seguir así, como si nada... como si ese día no hubiera cambiado para muchos de nosotros el rumbo de la vida....

"yo lo he visto antes" dijo mi papá. Y pensé en años de historia que se me vinieron encima para aplastarme. Me quedé sin aire. Me paralicé. Me sentí infinitamente pequeña, insignificante, impotente. Quería salir a la calle a sacudir a la gente, a decirle, a gritarle ¿Cómo podemos dejar que esto pase? ¿Cómo dejar que continúe? ¿Cómo seguir con la vida diaria cuando sabemos que es el principio de un momento preocupante? ¿Cómo dejarlos ahí, en la cárcel, a que se pudran, a que se olviden como tantos otros que como ellos se desvanecen con los días en la soledad, el anonimato, la injusticia?.

Me reuní con algun@s compañer@s de otras instituciones aquí en San Cristóbal. Éramos tan pocos... sin embargo compartimos el dolor y la indignación. "Hay que hacer algo" pensamos...y en esas estaremos hoy, reuniéndonos de nuevo para seguir pensando....

En el inter, en la plaza de la resistencia, una mujer con su hijo de unos 7 años se acercó casualmente a ver qué pasaba. Mi compañera le explicó la razón de que estuviéramos ahí. "qué bueno" dijo ella sobre las personas encarceladas. ¿Y si hubiera sido Usted? preguntó mi compañera "pues también, por andar abriendo la boca en lugares donde no debía".

Me continúo asombrando a cada instante por nuestra falta de querer ver las cosas. Por la comodidad en la que nos sumimos. Por lo fácil que es enfrascarnos en seguir la vida como si no pasara nada, como si no hubiera, a cada momento, eventos en este país y en este mundo que destrozan la vida de una familia, de una persona, de una comunidad. Por cómo seguimos perdiéndonos en la molestia por los vidrios rotos y no nos detenemos a mostrar, de alguna forma, como sea, que queremos decirle a esas personas que no conocemos, que nunca conoceremos, pero que sabemos sufren de estas y otras injusticias que me importa. Hace falta algo, alguna señal, que nos permita dejar en claro al menos para uno mismo que estoy en desacuerdo, que me duele, que comprendo. Y que de alguna forma no puedo dejar que pase, no puedo quedarme sentado dejando que pase, no puedo seguir adelante sin pensar....sin sentir.

El #1dmx es preocupante no sólo por la y los 14 compañer@s que siguen encarcelados, sino porque marcó de forma trágica y trascendental la tónica que se espera para los siguientes años de gobierno. En un panorama ya de por sí desigual, en un país ya de por sí cubierto de sangre y conflicto, en una sociedad ya profundamente enferma de ceguera ante la realidad, iniciamos un sexenio manchado por la injusticia, la represión, el abuso...

y aún más triste y preocupante que eso: marcado por la indiferencia.

Así que hoy quisiera dejar en claro esta postura: a las personas que fueron encarceladas de forma injusta, a quienes sufrieron vejaciones, a quienes tuvieron miedo al ver a los policías que se supone existen para protegerles, a quienes sintieron dolor, a quienes golpearon, a quienes miramos desde lejos:   me importa. Y tan me importa que me siento distinta. Y tan me importa que de estar ahí marcharía con ustedes a diario, pero estando acá buscaré igualmente la forma de hacerles saber que me importa. Que aunque no les conozco me duele. Que aunque no esté junto a sus familias las abrazo desde lejos en mi corazón. Y que ante la situación de profunda incertidumbre, desigualdad e injusticia que hay en este país (y mundo) me indigno. Y que esa indignación guía y guiará mi vida diaria hacia la búsqueda de propuestas y acciones que vayan, poco a poco, transformando a mi mundo inmediato y a mi misma.

En espera de que encontrándonos en la lucha construyamos a cada minuto otro mundo posible les digo que la lucha sigue y sigue...

Con amor

Babar

jueves, 15 de noviembre de 2012

güay de Mohawk???

El mohicano...

¿Quién pensaría que anunciar un corte de cabello a tus 30 años sería motivo de debate?

Así que para aclarar los argumentos y la situación, acá va la historia del mohicano....

Cenando en uno de los hipster-bars de SCLC comentaba con Rama el corte de cabello de una de las chicas que atendía. Tan bonita se veía ella con media cabeza rapada y el resto en una coleta...

Después de un rato de pensarlo pensé ¿y por qué no?. Tras años de estar trabajando en ambiente oficinil y con todo en que en muchos sentidos era bastante relajado, decíame yo que a veces una tiene ganas de hacer ciertas cosas sólo porque es divertido...

Así fue cómo pensé que tener un mohicano sería divertido.

No sólo divertido, sino además símbolo de estar viviendo en un lugar donde uno puede tratar de ser más coherente dentro y fuera, donde a nadie le importa, donde los tatuajes, los cortes estrafalarios, la ropa hippiesca, o lo que sea, no es motivo de susto ni discriminación, sino sólo una expresión de lo que llevamos dentro.

Qué gusto estar en un lugar donde a ningun@ de mis nuev@s amig@s le importa...donde el viaje es ¡está poca madre! o ¡te ves bien chistosa! o ¡babar rocker!.

Así que en la libertad de sentirse libre, y pensando que es sólo cabello y que si hubiera sido horrible seguiría siendo cabello y que una debería poder experimentar consigo misma todo lo posible porque de eso se trata descubrirse y reinventarse... vi cómo caían mis mechoncitos de cabello en el piso de una peluquería en la calle de Guadalupe y salí sintiéndome un poco más yo que antes.

Un poco más yo explorando.

Porque en la vida hay que explorar....

y sólo explorando se aprende.

Ya les mostraré cómo queda cuando le agregue mechoncitos de color.

All is love.

Babar

miércoles, 14 de noviembre de 2012

recuerdos

El 23 de marzo de 2007 escribí por acá:

"and then you start growing up, and you think that in the real world there's no space for dreams...you get caught up in a dynamic you will rarely be able to break out of. You forget what you wanted to be. You forget what used to believe in. You become a mere shadow of the amazing being you could have been. You wake each morning wishing you could sleep longer so that you could dream more. You watch movies and read books about the things you wish your life would be about, and then you go on with your day and never, ever, really try to be free."

Este blog empezó en un momento de crisis existencial. Ahora casi no recuerdo ese momento. Leyendo lo que escribí en ese entonces comprendí lo mucho que mi camino empezó con esos pequeños pasos de ese entonces.

Empecé así mi pequeña aventura de heroína, en todo el sentido de J. Campbell. 

Qué emoción haber dado esos primeros pasos, que emoción haber caminado tanto, que emoción atreverse a romper y seguir rompiendo.

Una se levanta y se construye y deconstruye todos los días. Hacemos lo mismo con el mundo exterior.

Qué hermosa sensación la de sentir que se esculpe la propia vida. Qué aventura abrir la jaula para  saltar al vacío...

y sentirse sobrecogida por las redes y redes con las que te vas encontrando al caer.

C'est beau la vie.  


martes, 13 de noviembre de 2012

concentrancia...

Debería estar trabajando...

Pero me tomo un momento para contar cosas que andan en mi cabeza y en mi corazón.

En estos días de frío, acercándonos al fin del año, pienso en estos últimos meses en el nuevo hogar. Han volado como pájaros jugando en la plaza central entre nuevas amistades, nuevas aventuras y nuevas experiencias.

Pienso en todo lo que estoy aprendiendo y en lo mucho que queda por saber y reflexionar. ¡Qué maravilla! Me derrito de gusto al pensar que mi vida en estos momentos puede dedicarse en total libertad a leer todo el día, a cuestionar, a compartir...

Pienso en lo poco que sabía cuando salí de la universidad y me pregunto en qué tipo de persona sería de haberme conformado con lo que sabía en ese entonces. Gracias al hermoso universo por todas las cosas que he aprendido en estos años, desde lo más simple hasta lo más trascendental, cosas que me han transformado y empujado a crecer...

Gracias universo porque no tenemos televisor (y no queremos tenerlo) y siento la cabeza libre para seguir volando con las letras sobre el papel.

Gracias porque cuando llega el domingo no me da fatiga, ni frustración, ni desesperanza... me da emoción de una nueva semana y de lo que queda por aprender.

Gracias por las mañanas de pasear en bici hacia la escuela para seguir embriagándome de ideas transformadoras...

Gracias porque cuando me canso de leer de epistemología o de teoría, me voy a la cama con literatura...

Gracias porque sólo tengo que preocuparme de deslizar las yemas sobre el borde de la hoja con dulzura y curiosidad...

Gracias por Reshi que me acompaña y me enseña a vivir día a día.

Gracias por tanto amor.


martes, 30 de octubre de 2012

Día de muertos


Se llamaba Hava, que significa “vida”.

Hasta el día en que se fue no cerró los ojos… supongo que llevó su nombre hasta en la última mirada.

Le armamos su altar aquí en la casa. Sueño con que venga a visitarme en sueños. Le puse un camino de flores hasta la puerta y en las ventanas, para que el olor la guíe hasta la casa. No conoce esta casa todavía. Espero que nos venga a visitar...


Historia del día de muertos en San Cristóbal

Nos subimos a la combi para ir a “la feria” porque según decían ahí se podían comprar las cosas para la ofrenda. “Oiga, quiero ir al mercado donde están las flores, ¿usted pasa por ahí?” pregunté. Contestó una señora envuelta en su chal y con bastón “yo ahí me bajo, si quieres”.


De ahí en todo el camino esto fue lo que me contó:

Se llama Diega.

Diega tuvo 8 hijos y es viuda. Me contó que había trabajado toda su vida como mula (así me dijo, como mula, tapándose un poquito la boca para que sólo yo la escuchara).
Como mula, pues, trabajó Diega para sacar a sus 8 hijos adelante. Uno es contador y otro profesor. Los otros estudiaron hasta la prepa o la secundaria. Como haya sido cada uno tiene un trabajito para irse armando la vida.

El marido de Diega le dijo que si se moría no se buscara a otro señor y que mejor se pusiera a sacar a sus hijos adelante. Ella le contestó que si ella se moría primero no se volviera borracho, que sacara a los hijos y a la otra esposa que tuviera si quisiera, pero nada de andar tirado por las esquinas tomando.

Al final él se murió primero. Así que hoy iba Diega en el camión para comprar sus flores para el panteón. “Hay que visitar a los muertitos” dice. A veces tiene una muchas cosas que hacer y por eso no da tiempo, pero el día de muertos es nuestra obligación, dice, llevarles sus flores y su comida y pasar un rato con ellos.

Diega tuvo una hija una vez. La bautizó pequeñita porque estaba enferma. El día del bautizo la iglesia estaba hermosa y llena de flores, había música. La bebé, de menos de 40 días, la tomó del cuello y le dijo “mamá” cuando el Padre le echó el agua por encima.

A los 40 días su hijita se murió. Lloraba día y noche me contó Diega. Eso fue hasta que una noche escuchó como que tocaban la puerta. Se despertó y vio al espíritu de su niña al pie de la cama. Cuando le preguntó que dónde estaba la niña señaló al cielo y dijo “con Dios”. Diega se sorprendió mucho, porque la niña era muy chiquita para poder hablar. Dice que Dios deja que los espíritus de los niños, como son pequeñitos, vayan y vengan por ahí. Los de los grandes sólo tienen el día de muertos…

Así pues Diega compraría flores, muchas flores, para llevar al panteón a la tumba de su papá, su mamá, su suegro, su suegra y su marido…

Eso fue lo que me contó hoy en el camión.


Mientras tanto yo estaré esperando a que Hava nos visite en sueños este 1 o 2 de noviembre. A mí que no me digan que los perritos no tienen alma. Hava la tenía y seguro anda por ahí chupando mantequilla cuando nadie la ve, sacando tierra de las maceteras, persiguiendo gatos que nunca alcanzará y durmiendo cuando quiere a los pies de mi cama.
Te extrañamos Hava hermosa. Buen camino y que el olor del cempasúchil te guíe hasta nosotros esta semana.



Con amor,

 tu humana.

lunes, 27 de agosto de 2012

una tarde de verano

Respiro profundamente el aire limpio del bosque que rodea a SCLC. Mi casa se erige en la orilla, entre pinos y hippies que son los únicos que viven por acá.
Me conecto al internet sacando una silla a un costado de la puerta de la casa porque, de otra forma, la señal no llega y hay que andar persiguiéndola con la lap en las manos por todo el lugar.

(suena Silvio Rodríguez al fondo)

Reshi anda en casa de un amigo nuevo y mientras tanto yo disfruto de la casa, de una cerveza, de mis pies fríos y los sonidos de pájaros que se preparan para ir a dormir.

La luz se va, poco a poco, bajando por entre los árboles y el cerro de junto y la casa se queda sumida en la oscuridad. Me alumbra la luz de la compu y el foco del interior de la casa...

Llegar a SCLC ha sido una experiencia fantástica. Me sobrecoge la fortuna que uno tiene a veces cuando las estrellas parecen ordenarse todas apuntando el camino a seguir. Me pesa sólo ( y digo sólo porque yo lo acentuaré aunque la RAE diga que no va), sólo, decía, la falta de Hava que sería tan feliz aquí.

Te sacaría al río a diario, mi querida compañera, y compartirías con los perros hippies que no usan collar ni correa. Te encantaría el frío del bosque y la frescura de la tierra sobre tu panza. Te harías amiga de los 4 perros gigantes de Luca, te acariciaría todo el mundo en el andador...

Moverías la cola todo el tiempo como lo hiciste siempre.

Me haces tanta falta.

________________

Ante la ausencia queda el disfrute de encontrarse aquí con mi compañero de aventuras y con el corazón lleno de preguntas y cosas por descubrir.

Empecé la escuela con una ceremonia maya, compartí con compañer@s nuev@s la verguenza de los juegos de impro y el despego que viene después de un ejercicio para abrir los chakras (así de en onda están los posgrados acá)....

Disfruto de los bares, de escuchar hablar francés, español, inglés, tsotsil, alemán, tojolabal, tseltal...todo en la misma cuadra.

Disfruto de las hermosas señoras de cabellos trenzados y manos como semillas de cacao.

Disfruto del amor y del corazón pleno de sentirme, ahora sí, en camino.

_________________

(y sigue al fondo, Silvio....)

Vamos a andar
En verso y vida atentos
Levantando el recinto
Del pan y la verdad

Vamos a andar
Matando el egoísmo
Para que por lo mismo
Reviva la amistad

Vamos a andar
Hundiendo al poderoso
Alzando al perezoso
Sumando a los demás

Vamos a andar
Con todas las banderas
Trenzadas de manera
Que no haya soledad

Vamos a andar
Para llegar
A la vida

domingo, 22 de julio de 2012

So long and thanks for all the fish...

Maletas listas, cajas cargadas...con todo y Gaoth en el auto estamos listos para una nueva aventura. A diferencia de otras ocasiones, esta vez no me sobrecoge el terror...tengo sólo un dolor en la espalda resultado de armar y desarmar cajas y una emoción enorme en el corazón.

En estos días de conlcuir asuntos en el D.F. nos tocó recorrer la ciudad de punta a punta varias veces. Sobra decir que con el peri cerrado fueron de esas veces de pesadilla en que uno quiere bajarse a matar a golpes al inconsciente que se pasa el amarillo y tapa la intersección... pero aún así...me quedo pensando en tantas cosas que agradecer a esta enorme ciudad, con todo y su caos y tráfico del demonio.

Más que toda la cultura, el arte, la fiesta... agradezco su enorme diversidad, poderse una cruzar con todo tipo de personas (y personajes), su mente abierta, sus oportunidades.

Del DF me despido después de haberme acostado desnuda en su plaza principal junto con míles otr@s, después de haber marchado por sus calles en busca de un mundo mejor, después de haber recorrido con la bicla y con la División la ciudad de madrugada.... me despido de amistades que seguirán a la distancia y de algunas otras que serán vencidas por ella, me despido de la familia y los lugares cotidianos y conocidos.

Así pues, !hasta pronto D.F.! que la próxima vez que te visite esté abierto periférico, sean vacaciones y pueda venir a recorrerte con el gusto de saber que no me tengo que quedar a luchar con tu tráfico infernal.

Me voy a un lugar donde espero que el tiempo alcance. Para todo...

Pero como siempre...te llevo para que me lleves.

Con amor,

Tu próximamente ex-citadina.

martes, 10 de julio de 2012

Pedro Parques contra la literatura, capítulo 1



Esta es una historia verídica, que me contó una niña que cargaba un pequeño vagoncito naranja lleno de libros multicolor. De tanto en tanto me la encuentro en el camino y repetimos el ritual de compartir historias y leer libros. Empezaré con el cuento por donde ella empezó….

Pedro parques contra la literatura.

Hubo una vez un niño de nombre Pedro Parques. Creció este Pedro Parques en un mundo injusto y  desequilibrado, pero creció. Pedro Parques creció y creció y vio mucho la televisión. Poco leyó Pedro Parques, poco le atraían las hojas gastadas de los clásicos ni el olor a nuevo de los nuevos. Leyó poco este pequeño niño y escuchó menos.  No obstante, hábil era él, y simpático… y en el fondo, muy en el fondo, noble de corazón.
Escaló cuestas este Pedro Parques por su mundo injusto y desequilibrado. Muchas de ellas artificiales, pero las subió. Un día llegó hasta la cima de una de ellas, verde y pegajosa, infinitamente verde, complaciente y seductora, y ahí arriba se quedó. Construyó un palacio de cristal que dejaban ver hacia fuera mucho y hacia dentro nada. Se rodeó de otras gentes que admiraban su cima verde pegajosa y su castillo cómodo. Ahí se quedó Pedro Parques, y desde ahí se dedicó a mirar y a juzgar a los que estaban abajo, seguro de que era más feliz que nadie en su palacio de cristal.
Abajito y a la izquierda de su colina, vivían muchas personas que no querían subir a la cima verde y pegajosa. Falsa les parecía esta, llena de recovecos vacíos, el camino plagado de espejismos. Al final, creían, les esperaba una cumbre verde, muy verde, pero muy solitaria.
Abajo y a la izquierda andaban estos aldeanos, singulares porque, a diferencia de Pedro Parques, construían sus casas de vidrios claros que dejaban ver el interior. Transparentes eran estas casas, casas que compartían entre ellos y ellas, casas que llenaban de piso a techo con libros multicolores que llenaban sus cabezas y sus corazones.
Abajo y la izquierda había muchas carencias, pero se llenaban los huecos del hambre y la sed con palabras y poesía. Por las noches, se sentaban ellos y ellas a compartir junto al fuego escueto un mar de libros multicolores, de enseñanzas, de aprendizajes y de corazón.
Una vez una niña pequeña se preguntó por qué Pedro Parques no bajaba nunca al pueblo a leer con ellos. Se encaminó entonces la pequeña niña hacia la colina y empezó a subir. Subía y subía y se topaba con otra gente que había quedado encantada con los encantos de la colina y que trataba de construir en sus laderas. Malos ojos le echaba esta gente a la niña pequeña que, tras de sí, arrastraba un vagoncito naranja lleno de libros multicolor. “Aquí arriba no hacen falta libros, sino televisores” le decían.
La pequeña niña subió y subió. En su camino trataron de quemar sus libros, de robarlos, de esconderlos. Le regalaron revistas, le ofrecieron televisores, le mostraron telas delicadas de hermosos bordados, joyas riquísimas de gran costo. Le dijeron que había que ponerse a dieta, que tenía que viajar en avión, que había que ir al extranjero en lugar de andar arrastrando sus libros multicolor…
En esas andaba la pequeña niña cuando, después de mucho caminar, llegó por fin al castillo de cristal.
Ahí  recuperó el aliento, se paró muy derechita, abrió uno de sus libros, y luego leyó:
“Somos lo que hacemos, pero principalmente, lo que hacemos para cambiar lo que somos”
En este primer día en que la niña subió, Pedro Parques no la escuchó. La oyó, pero no la escuchó. Acto seguido le subió a la televisión y gritó desde una ventana alguna frase que había oído decir a algún presentador…
A la niña esto le pareció muy extraño. “Habré escogido un libro inadecuado” pensó. Así que bajó la colina y pensó en regresar más tarde con otro libro multicolor…

….

Aquí acabó el primer relato que me contó la niña del vagoncito naranja. Me pregunto yo qué le habrá leído al día siguiente a Pedro Parques. ¿Qué la habrías leído tú?

Pd.- La cita, me dijo después, era de Eduardo Galeano. Pensé entonces que era una niña muy interesante para andar citando a Galeano en la cima de las colinas a tan temprana edad, a lo que contestó con que la educación comunitaria resultaba siempre de mejor calidad.

miércoles, 27 de junio de 2012

What dreams may come...

Extraño el olor de su pelo...

Poner la cabeza sobre su pecho y sentirse embriagada del olor a tierra, a calma, a calor. Recorrer con los dedos su pelo brillante y negro. Acariciarle la panza para que mueva la cola.

Mi movedora de cola.

Mi compañera, mi amiga, mi hermana.

Mi cachorra saltarina con ojos infinitos.

Todavía no puedo escribir...

...pero juro que la escuché, al día siguiente, resoplar por la mañana.

Como lo hacía cada mañana, por 12 años, cuando te miraba con los ojos grandes sin ganas de levantarse aún.

Mi Havaline,

...in that kingdom by the sea.

jueves, 17 de mayo de 2012

larga noche

No tengo ganas de dormir. Quiero quedarme la noche entera mirándola. Pensando...

Quiero imaginarme que la envuelvo con una luz clara y brillante que la acompañará por siempre.

Hava duerme ahora más profundo. Los últimos días fueron difíciles para ella. Cambió de veterinario y se siente algo mejor.

Parte de ella sangra hacia adentro. Poco a poco se cansa un poco más. Sin embargo sigue mirándome con esos ojotes cafés para mirar enseguida su correa, casi gritando que quiere salir a pasear. Ahora no camina mucho. Anda un poco y se cansa. De todas formas olisquea el aire y se divierte. Le viene bien.

Yo. Yo me vuelvo un mar de lágrimas. A ratos pienso que no debería de estar triste. Debería concentrarme en haberme encontrado con este ser que me ha dado tantas cosas de forma tan sincera y sin ninguna condición. Lo agradezco de veras.

No obstante me adelanto a su ausencia y pienso que el mundo será un poco menos brillante sin Hava aquí. O quién sabe. A lo mejor de pronto me doy cuenta de que Hava estará en todas partes, y en mí, para siempre. Entonces las cosas no se ven tan mal.

Mañana salgo temprano y la dejaré por unos días. Sé que estará bien con mamá y papá. Ellos también están tristes...para ellos también llenó la casa de pisadas ruidosas y de pelos de perrito y de momentos felices.

Mi Hava querida. Tomo tu patita entre mis manos y pienso que al final somos lo mismo. Hermanas las dos.

Buenas noches Havita.

martes, 15 de mayo de 2012

Y uno aprende...

A Hava le he aprendido muchas cosas a través de los años...

He aprendido a saber qué está pensando, si tiene ganas de jugar, si quiere comerse lo que me estoy comiendo, si le gusta mucho una persona o no...

También aprendí que compartir la cama, aunque sea con una perrita de 50 y tantos kilos, es mejor que dormir sola.

Aprendí qué ruidito hacer cuando tiene pesadillas para dormirla sin despertarla. Aprendí que un perro entrenado nos hace más felices a las dos, pero que un perro debe ser siempre un perro, por lo que no me importa si alguna vez se comió mis únicos zapatos de tacón, o si no le gusta quedarse quieta por horas sentada a un lado de la mesa...

Ahora que está enferma veo aún más todas las cosas importantes que aprendí de ella.

La primera es que, no importa lo mal que te sientas, o el mal humor que tengas, cada vez que llega a tu casa alguien que amas hay que hacer fiesta. ¡Qué alegría encontrarnos una vez más!

La veo de pronto cansada. Hemos pasado un par de días sin dormir. Sin embargo Hava no deja de ser Hava. Le gusta mover la cola cada vez que huele comida, aunque la haga vomitar. Le gusta jugar y olerlo todo. Le gusta que la acaricien todo el tiempo. Le gusta estar rodeada de gente.

Al final le gusta ser feliz. Aunque se sienta mal, aunque esté muy enferma, aunque sabe que está compartiendo los úlitmos días con nosotros, me mira siempre con sus grandes ojos cafés y sonríe con la cola.

Yo me derrito cada vez que la veo sonreír.

Hay que ser como Hava, todos los días.

Sleepless nights

Acaricio su negro cabello mientras la escucho dormir intranquila. Respira con paso acelerado. Pasó una noche larga y yo también.
Mi perra no sólo es mi perra. No es sólo una perra y ya. Es mi amiga. Entre mis dedos que con suavidad la acarician trata de descansar.
Quiero pensar que no le duele nada. Quiero pensar que se irá a dormir y despertará de mejor ánimo, como ayer.
Quiero llevarla a pasear hoy también, y a diario.
Quiero abrazarla hasta que decida partir del mundo mientras, con calma, le acaricio su cabello negro, todavía hermoso y brillante como siempre.
Quiero que sepa que no estará sola nunca. Que sepa que yo también lo sé.
Besos y paz para Hava, que ahorita sueña con correr....

te quiero Hava.

martes, 27 de marzo de 2012

bye bye love.


Mi Hava está enferma
Siempre pensé que habiendo sido tan perfecta ella, habría de irse una noche de luna llena, entre sueños, sobre mi cama, conmigo.
Hoy Hava está enferma y nos dan la noticia de que no hay nada que hacer, más que esperar...
Yo me aferro como persona que soy a lo impermanente. Quisiera que no se fuera nunca. Que no me doliera pensar en sus ojitos que se cierran. Que no me diera miedo enfrentar al mundo sin ella.
Me lleno de arrepentimientos pensando: ¿y si hubiera dicho algo de su pancita que se veía inflada en lugar de pensar que estaba un poco gordita? ¿ Y si hubiera estado viviendo con nosotros? seguro yo me habría dado cuenta de que algo andaba mal...
pero al final no importa.
Porque Hava tiene 12 años, y los perritos a su edad son ya mayores. Ni todos los veterinarios de todo el mundo podrían encontrar una forma de hacer que ella viviera para siempre y bien, conmigo.
Pienso en que me duele al infinito no poder acompañarla todo el día los siguientes días. Pienso en que en un mundo más humano podría pasar sus días, los que fueran, dejándola lamer mantequilla fresca de mi cuchara y acariciándola mirándola dormir.
Pienso que me da terror ir a verla....pero que no puedo esperar para acariciar su pelito suave, lleno de canas, y abrazarla como lo he hecho cada vez que estoy con ella.
Siento que se me muere una partecita. Que los relojes paren y que el mundo se quede quieto. Que mi Hava está enferma y no hay nada que hacer.
A mi y a sus humanos no nos queda más que dar las gracias de haber compartido el tiempo con un extraordinario ser. La Hava que sabía reconocer el sonido del coche cuando llegaba. La Hava que apoyaba su cabeza sobre ti y te lamía las manos cuando llorabas. La Hava que no podría tener suficientes caricias, que cargaba su correa para que la llevaras a pasear, la Hava que nos ama, incondicionalmente, ante todo y para siempre.
Así llegan sus últimos días aquí como Hava....confío en que habrá de trascender como algo más. Confío en que cuando llegue el momento en que quiera decir adiós lo sabremos, y estaremos ahí a su lado para compañarla en el último respiro...por un rato.
Sé que nos estará esperando, a sus humanos, a su manada, en la orilla del río. Sé con seguridad que habrá de llevarme al otro lado.
Y así, en otro momento, en otro espacio, nos volveremos a acompañar.
Te amamos Hava querida. Gracias por ser durante 12 años la perrita más hermosa, la compañera más fiel, la cómplice más profunda.
Llenaremos tus últimos días de las cosas que te gustan...y habré de estar ahí para acariciarte la cabeza cuando quieras irte a dormir.
Te amo siempre. Babar. Tu humana.

Hava

Pensar en todas tus cosas favoritas.

Morder calcetines.
Comer mantequilla de mi cuchara.
Salir a pasear.
Subirte al coche.
Dormir en mi cama.
Que te acaricie la cabeza.
Que te acaricie la panza.
Ponerme la pata encima cuando por dos segundos te dejo de acariciar.
Comerte más calcetines.
Tomar agua de la manguera.
Tratar de morder el agua de la manguera.
Olisquear otros perritos.
Comer pan y cosas que no debes.
Lamerte las patas.
Corretear al gato del vecino.
Encontrarme cuando me escondo de ti.
Chupar el hueso de un mango.
Chupar un helado.
Pasear por el parque México donde hay muchos perritos.
Meter las patas al agua cuando hace calor (aunque ya no te guste nadar).
Estar conmigo. Mucho.

.... haremos eso. Mucho.

te amo mi Hava...

martes, 6 de marzo de 2012

the number 29


Este año hice un ejercicio. Había que describirse a sí misma, en el hoy y ahora. Pensé, pensé mucho en lo que estaba haciendo ahorita, en lo que sentía y en las y los que estaban cerca.

Luego hubo que hacer otro ejercicio, poniendo esta vez la historia de las cosas importantes que habían pasado antes. Pensé en momentos clave, en cosas que quería, en lo que a lo largo del tiempo ha permanecido conmigo. Me sentí bien de ver que había una línea entre el entonces y el ahora, y pensé también en que la yo de entonces se sentiría bastante bien con la yo de ahora.

Al final hubo otro ejercicio en donde alguien más escribía para ti. Pensé que tuvo que pasar un tiempo, un mucho tiempo, para que lo que yo quería escribir, lo que traía adentro, fuera casi lo mismo que alguien más me escribió.

Pienso en los últimos años con todos sus retos y sus fatigas. Las aventuras constantes. Los aburrimientos y la búsqueda de la emoción. Pienso en la escuela, en salir a campo, en escalar, en andar en bici, en salir de acampada, en andar en la combi, en tomar fotos, en leer y escribir... pienso en las cosas que fui dejando atrás, en lo difícil que es desprenderse, en la sensación de levedad que da el hacerlo, en el camino sincero, más sincero, que quiero buscar.

Pienso que a mis 29 me siento bien en mi propia piel. Que dejaron de molestarme mis cejas y que me llegaron las ganas de vivir aventuras como las que de niña pensé que habría que vivir. Pienso que fue el primer cumpleaños que pasé lejos de mi familia, de toda ella, y que aún así ,incluso ahora mientras escribo en casa a solas, pienso que me siento querida y acompañada.

Siento que está la gente que tenía que estar. Que se han ido algunos que volverán y que otros más se fueron tal vez para siempre. Pero así es. Así es y aprender que hay que desprenderse en el amor de todo y de todos y hasta de uno mismo es una lección importante. Que hay que tomarse las cosas más ligeras. Que hay disfrutar la bicicleta, y la fuerza en las piernas, y los momentos en casa a solas y en los que estoy rodeada de personas. Que hay que quitarse la pereza a veces y que a veces hay que extenderla hasta el infinito y hundirse en las sábanas y sentirse cubierta por el sudor de la noche y no pararse hasta que a una la escupa la cama.

Siento que hay pequeñas cosas que se han quedado conmigo de todos los momentos vividos. Siento que cuando empezó esta espiral en mi vida que se fue haciendo más y más grande, aparecieron como en las grandes historias las grandes figuras que habrían de acompañarme y caminar conmigo. Algunas por años, como Gerardo, otras por un breve destello y otras que se reducen a una frase (amar, amar, amar...).

Siento que hay cambios en el viento y que en una de esas será hora de dejarse llevar. Siento que tendré miedo, como siempre, pero también que me sentiré más fuerte, como ahora. Siento que en ese camino, en esta espiral, en este remolino que no cesa y que pasa y que grita como un viento grueso y palpable, siento que a cada paso, a cada palabra amable, a cada pequeña sensación de amor, se unen muchas otras que andan por ahí, sueltas, sin que nadie las note.

Así se van juntando, de a poquito, hasta que casi siento que se me atoran en la garganta y que los brazos me pesan de quererlas tomar. Siento que hay tanta magia y tanta belleza y tanto amor y tanta vida y tanta fe y tanta brisa que me llega desde el mar que a veces pienso que si ahora tuviera que dejarlo todo, cambiarlo todo, tendría todavía la certeza de que todas esas maravillas están ahí, para siempre y para todos (y todas).

All is love.

Feliz cumpleaños Babar.


lunes, 23 de enero de 2012

#DivisióndelSur


Llegué a casa con las manos llenas de tierra por descargar a Gaoth de la cajuela. Llegué contenta y llena de aire nocturno. Llena del ruido de las llantas sobre el pavimento oscuro. Llena del peso del casco sobre mi cabeza, de la sensación de los pedales bajo mis pies.

Hoy ¡Por fin! después de un año (o más) de decir, iré a rodar, iré a rodar, iré a rodar con la División del Sur, me puse los tenis, le quité a Gaoth el zapato delantero y la metí como pude a la cajuela y me dirigí al Parque de la Bombilla para encontrarme con otros y otras con quienes rodar.

Me encontré con un grupo de guerreros rodantes experimentados y de muchos otros neófitos como yo. Alguna que empezaba a aprender a montar su corcel imaginario, otros que lo llevan a hacer todo tipo de suertes sobre el camino, otros que lo cubren de luz...

Al grito de ¡Váaaaamonos! cerca de 40 (y tantos tal vez) ciclistas nos pusimos en camino con rumbo desconocido por las calles de Coyoacán. Me causaban gracia las instrucciones de "coche izquierda" y "hoyo a la derecha" que avisaban al grupo de tener cuidado al rodar.

Conocí todo tipo de gente interesante. Fotógrafo, ingeniero, filántropo, estudiante... ahí rodábamos todos y todas con el único propósito de disfrutar la máquina bajo los pies y la compañía de los demás.

Fue un paseo sencillo donde aprendí todo tipo de tips para andar mejor en bici. A qué altura debe estar mi asiento. Cómo debo usar el casco. Cómo no asegurar la bicicleta y dónde no estacionarla (por aquello de que tienda a desaparecer).

Nos ví detenernos para cambiar una llanta. Nos ví esperar a que el grupo estuviera completo para rodar. Hasta tocó que un par de patrulleros decidieran cuidar la retaguardia un rato y hasta ganas tuve de saludar al oficial.

Entre las filas interminables de autos que en hora pico no hacen más que desear estar en casa ya, avanzaba la columna de ciclistas que se cuidan unos a otras, que bloquean el paso de un auto hasta que acaben de pasar los demás, que cantan y platican mientras ruedan...

Me dio gusto pensar que puede uno hacer de todo en esta ciudad. Que puede ser uno de todo. Que da gusto rodar por las noches, que da gusto dejar la casa y el cansancio de la tarde para empujar la bici a la cajuela y pedalear. Me da emoción que mis piernas se sientan fuertes, que se hagan más fuertes, que puedan llegar hasta el parque a rodar sin cansarse, que puedan andar por las cuestas y bajar con el viento y disfrutar, con amigas y amigos nuevos y desconocidos, un encantador paseo por la ciudad.

La división del sur se junta todos los lunes a las 7pm en el Parque de la Bombilla...

¡No dejen de pedalear!

(fotitos mañaa que las pueda bajar)

miércoles, 4 de enero de 2012

Magical Flute Guy

Tuve una horrenda pesadilla. Era tan horrenda que hasta en mi sueño desperté a contarle a gente sobre ella, aún dormida.

Soñé que estaba sola en casa, que la ventana estaba abierta y que alguien entraba....

Me asusté.

Me asusté y me desperté asustada y de malas.

Pero no todo es gris en esta vida y después de un baño largo, muy muy largo, monté en mi nuevo corcel de aluminio (aún le busco nombre, pero creo que será Gaoth) y salí a enfrentar el frío de la ciudad.

Ahí iba yo, empujando a Gaoth colina arriba en aquella larga subida que nunca he podido pedalear, cuando me encontré con un hombre mágico con una flauta y un corcel metálico. Estaba detenido a un lado del camino. Lo escuché un momento y seguí empujando cuesta arriba.

Minutos después me alcanzó, pedaleando. Me compartió un secreto mágico que será de utilidad cuando Gaoth y yo decidamos subir por fin juntas la pendiente.

Llegué a la ofi sonriendo después de un largo tiempo de no montar corceles por la ciudad.

Biking makes people happy.

Fin

martes, 3 de enero de 2012

calling

But if a person has had the sense of the Call — the feeling that there’s an adventure for him — and if he doesn’t follow that, but remains in the society because it’s safe and secure, then life dries up. And then he comes to that condition in late middle age: he’s gotten to the top of the ladder, and found that it’s against the wrong wall. If you have the guts to follow the risk, however, life opens, opens, opens up all along the line.
Joseph Campbell