jueves, 16 de diciembre de 2010

Carta a María

Acá va la carta que le escribí a María, mi prima, en ocasión de su cumpleaños número 15. Pensé en escribirle mucho, porque no sé si en un futuro seamos o no grandes amigas o conocidas si quiera, pero aproveché la oportunidad para, según yo, decir algo significativo. Sólo en caso de que no tenga una oportunidad para volverlo a hacer.

Querida María:

¡Felices 15 inviernos! Como dirían por ahí ya eres toda una mujercita…y de mujer a mujer te diré algunas cosas que quisiera te fueran útiles algún día:

Primero te invito a que nunca pierdas la capacidad de asombrarte del mundo, de tener fe en aquella cosa en la que creas (cualquiera que sea), y de tener fe en la humanidad. Uno crece y empieza a darse cuenta de qué tan complicado el mundo se vuelve a veces, de qué tan lleno de conflictos puede estar, y es muy fácil caer en el desencanto. Aprende a mirar más lejos y te darás cuenta de que hay magia verdadera por todas partes. El universo es un lugar increíble donde suceden cosas malas y cosas buenas y donde el orden natural de las cosas acaba por equilibrarse siempre de una forma u otra. Aprende a ser parte de ese equilibrio, sábete parte del todo, y trabaja todos los días por estar en armonía primero contigo misma y luego con todo lo demás.

También te digo desde ahora que aprendas a cuestionar. En la escuela, en la familia, en la tele, ¡en todas partes! nos dicen siempre cómo se supone que tienen que ser las cosas. Nunca aceptes las explicaciones sólo porque sí. Lee mucho, aprende mucho para entender mejor de dónde vienen todas esas ideas y después decide por ti misma qué es lo que funciona para ti. Como mujeres especialmente, toda la vida nos dirán que una mujer “es así” y se porta de cierta forma porque es lo correcto. Aprende a ser libre a través de cuestionar si esas ideas son correctas para ti. No te encadenes nunca a una idea en particular. Las cosas cambian y uno tiene que aprender a fluir. Nunca dejes de sentirte orgullosa por lo que eres y por lo que no, por lo que piensas y por lo que sientes.

No te preocupes por las cosas materiales. La esencia de lo que eres y de lo que es cada ser humano no tiene nada que ver con lo que poseemos. Aprende a no inventarte necesidades que no tienes. Verás que uno puede ser feliz con muy pocas COSAS y evita desear más de lo que necesitas para realmente ser feliz. Esto no significa que no tengan aspiraciones, pero procura que tus aspiraciones tengan más que ver con cultivarte a ti misma y cultivar sentimientos hermosos en los demás. Eso te traerá más paz y satisfacción que todo aquello que puedas comprar.

Respétate y respeta a los demás: siempre. No juzgues. Aprende que en el mundo hay cabida para muchos mundos y que todas y todos somos diferentes. ¡En esas diferencias hay tanta belleza! Nadie nunca está por encima ni por debajo de ti. Todos somos parte del mismo “polvo de estrellas”, a pesar de que provengamos de familias distintas, países distintos, costumbres distintas… nada de eso importa. A la gente hay que mirarla de frente, a los ojos, como iguales. Siempre.

Ama por encima de todo. A eso venimos a este mundo. A amar al universo y todo lo que hay en él. Verás que cuando das amor sin condiciones a todo lo que hay, esas cosas se regresan. Llámale Karma o como quieras llamarle, pero todo es energía y todo está conectado. Lo que envías vas a recibir. Ama libremente y sin juicios.

¡Cuida a tu planeta¡ Date cuenta de que hay realmente una crisis importante en el mundo en el que vives. Evita, siempre que puedas, ser parte de lo que genera esa crisis. Aprende que cada cosa en el mundo es importante y necesaria para tu existencia. ¡No temas ser radical! (¿sabías que radical quiere decir realmente “volver a la raíz”?). Aprende a convivir con la naturaleza y a disfrutarla. Siendo chicas de ciudad a veces lo perdemos de vista, pero verás que es importantísimo y que te enseñará muchas cosas.

Lucha por lo que es justo. El mundo te necesita y las demás personas también. Hemos sido muy afortunadas María, recuérdalo. Nacimos en una familia que nos quiere y que nos ha brindado todo tipo de oportunidades desde que llegamos al mundo. Asegúrate de convertirte en una persona que merezca todo eso. Haber sido tan afortunadas hace que tengamos una gran responsabilidad con todo nuestro entorno. Trabaja para los demás. Esa es la gente que realmente hace una diferencia, no la que destina su dinero extra o su “tiempo libre” a la beneficencia. Comprometerte con el mundo que te rodea es un estilo de vida. Te aseguro que hace falta mucha gente así.

Supongo que podría escribir muchas cosas pero espero que mejor un día podamos aprenderlas juntas. No tengas miedo del futuro. Fluye. Seguramente tendrás problemas y muchas cosas te sucederán. No te preocupes. ¿Te imaginas qué aburrido sería si nunca te pasara nada?.

Cuídate, mucho, pero aprende a tomar riesgos que le den aventura a tu vida. Cuando te sientas perdida recuerda que, como dice mi papá, “todos los días sale el sol”. Suena muy ñoño, pero es cierto, y verás que los problemas pasan y los dolores pasan y los corazones rotos pasan y uno al final agradece todo eso porque aprende cosas.

Quiere a tu familia y hazla crecer con amigos y amigas que se vuelvan parte de ella. ¡Viaja, lee, diviértete, llora, baila, grita, disfruta!

Que tu vida esté llena de grandes aventuras y de mucho amor.

Feliz cumpleaños y un gran abrazo,

Babar