martes, 5 de agosto de 2008

Por qué no veré la inauguración de las olimpiadas...

Estimados lectores y lectoras.

Me declaro abiertamente una fan absoluta de las olimpiadas. Amo el ideal de las olimpiadas. Amo la idea de tregua olímpica. Amo cuando los países participantes desfilan durante horas y veo completita la ceremonia de inauguración. Se me salían lagrimitas cuando las dos Coreas desfilaron juntas en Sydney, y cuando en Atenas el corredor simulaba una caída por cada año en que las olimpiadas no se habían celebrado o cuando algún suceso había ensombrecido el evento.

Veo TODO EL TIEMPO las olimpiadas en la tele cuando puedo. Me encantan las demostraciones de valor, de superación y de esfuerzo. Me encanta lo simbólico. Me encantan las historias de los atletas que contra todo pronóstico ganan medalla, o las de aquellos que con honor acaban un recorrido así les cueste un desmayo en la línea final.

Sin embargo, este año. NO VOY A VER LA INAUGURACIÓN. Así es, la que probablemente será una de las ceremonias más increíbles (porque los chinos sí que le han echado ganas) no la voy a ver. Quisiera invitarles a que hagan lo mismo.

Esto por una sola razón. Bueno dos. Además de la situación del Tibet de la que tanto conocemos, existe una menos mediática por carecer de un líder espiritual como el Dalai Lama...

Darfur

La crísis humanitaria más grande de nuestros tiempos, como digo el ex SG Kofi Annan, es una pequeña región al noroeste de Sudán, en donde bajo nuestras narices y nuestra pasividad ocurre un genocidio. Aunque no le quieran llamar así, aunque sean cuidadosos con el término, eso es lo que pasa.

China tiene grandes inversiones petroleras en Sudán. Financían a un gobierno que ha causado la muerte y sufrimiento de miles de personas, la violación de miles de mujeres y que ha forzado a la población a convertirse en desplazados o refugiados.

Así que , para que no se me olvide el mero día, pongo por escrito que no veré la inauguración en vivo, y que no compraré nada de los patrocinadores, y que apagaré la tele en los comerciales como piden varias campañas que buscan visibilizar el tema.

Sí, ya sé que a Visa o a Mc Donalds les vale un cacahuate que yo, simple mortal, no vaya por una Big Mac durante las olimpiadas. Pero esto no es por ellos. Es por mi. Es porque realmente, realmente realmente, me interesa lo que le pasa a la gente que ni conozco, que ni conoceré, pero que sé que sufre cosas que yo jamás podría ni imaginarme. Así que por un compromiso de ser humano hacia ellos, no voy a ver la inauguración.

Sí, no digo que no youtubearé momentos claves después. Pero este pequeño gesto, que para mi es como AHHHH difícil!!! es una muy sencilla y tonta forma de demostrar que me importa.

Así que, Darfur, pedazo de desierto donde no crece nada y donde miles de personas tienen que vivir día con día con nada, en una de las zonas más pobres y azotadas por la violencia del mundo...a mí si me importas un carajo. Ojalá que las empresas dejaran de pensar en ganancias y pensaran en el costo humano de sus acciones. Ojalá que la gente pensara en el costo humano de sus acciones también. Yo espero, que conforme crezca y crezca, yo también me haga más conciente de las mías. Más congruente. Más humana.

Yo no veré la inauguración. Los invito a que hagan lo mismo.

Para más información visiten:

Save Darfur

The Darfur Olympics