sábado, 11 de junio de 2011

Marcha de las putas


Del por qué iré mañana a la marcha de las putas:

Mi cuerpo es mío. Es un templo. Mí templo. Alberga mi existencia entera. Yo lo adorno, lo visto, lo modifico, lo cuido, lo procuro...

Mi cuerpo es mío y es esa parte de mí que está expuesta todos los días a los demás. A la otredad. A veces se juzga, y más de una vez ha sido sujeto de miradas lascivas, de chiflidos, de momentos incómodos: de un montón de actitudes que me han hecho sentir pequeñita, minúscula. Momentos en los que he deseado poder cubrirme con las manos el cuerpo entero, desaparecer tras el asiento del microbús, esconderme detrás de un poste de la calle. Momentos en que me he sentido insegura, agredida. Éste. Mi templo. Violentado por una sociedad que ha normalizado la violencia de género y que espera que toda mujer se comporte de tal suerte que pueda evitar, para siempre, el sobrenombre de PUTA.

¡PUTA!

Es hora de reclamar esa palabra. De hacerla nuestra. De expresar que nunca más seremos juzgadas, ni juzgaremos, a otra mujer por elegir libremente la forma en que se viste y se comporta. Nunca más nombrar de forma peyorativa a una mujer que ejerce libremente su sexualidad, que la disfruta.... nunca más una palabra que sirva de excusa para la violencia de género.

¿Cuántas veces no hemos escuchado el "se lo estaba buscando"?

Hace poco me sorprendí cuando escuchaba a un familiar criticar la forma de vestir de mi prima de 15 años. "Luego por qué las violan" escuché. ¿Por qué las violan? ¿Por usar minifalda? ¿Por traer escote? ¿Por bailar de forma provocativa?

No es no. Y no importa cómo me vista o cómo me comporte, la responsabilidad de la violencia de género está en quien la ejerce, no en quien la recibe.

Crecí en una sociedad en donde llamar PUTA a mis compañeras de colegio que se comportaban de tal o cual manera es normal. Juzgamos constantemente a las mujeres por su forma de actuar. Criticamos si su vestimenta es o no apropiada para el ambiente laboral. Escondemos sus cuerpos detrás de ropas que no hacen nada para acabar con la violencia.

El día de mañana marcharé porque es hora de decir que ya fue suficiente. Fue suficiente de educar a nuestras hijas para juzgar a las demás, para esconder su cuerpo y avergonzarse de su sexualidad. Es suficiente de normalizar los abusos. Es suficiente de culpar a las víctimas. Es suficiente de creer que el prohibir la minifalda prevendrá embarazos. Es suficiente de pedir a las mujeres no vestirse de cierta forma para evitar los ataques sexuales.

!Basta!

Yo me visto como quiera. Podría salir a la calle desnuda y no sería, bajo ninguna circunstancia, una excusa para sufrir violencia sexual. Mi cuerpo busca libertad. Libertad de exponerse al aire y al sol, de moverse y contonerase como le dé la gana, de salir a pasear y gritar que soy mujer y que es una cosa hermosa. Mi cuerpo quiere ser libre: quiere no reprimir su sexualidad, quiere ejercer su sexualidad en libertad. Quiere reconocer que toda persona es libre de disfrutar su cuerpo y de vestirlo como quiera sin ser juzgada por moralinas impuestas por una sociedad represora.

Yo quiero ser puta con orgullo.

Quiero ser puta por apropiarme de la palabra y decir ¡no es no!
Quiero ser puta por sentirme orgullosa de mis senos.
Quiero ser puta por tener vagina y saber que es mía y de nadie más.
Quiero ser puta porque ser mujer y todo lo que eso implica no debe ser, jamás, asunto de vergüenza o censura.
Quiero ser puta porque quiero educar a mis futuras hijas e hijos en libertad, sin reproducir roles de género obsoletos.
Quiero ser puta porque entiendo que los hombres también sufren de violencia.
Quiero ser puta porque quiero igualdad entre géneros.
Quiero ser puta porque esa igualdad implica no que somos iguales, sino que tenemos los mismos derechos y oportunidades.
Quiero ser puta porque estoy harta de cubrirme de miradas violentas en el transporte público.
Quiero ser puta porque mi escote no es una invitación.
Quiero ser puta porque mi minifalda no es una invitación
Quiero ser puta porque quiero ser libre.

Así pues, mañana, putas del mundo: uníos!

En el respeto y en el amor. Por un mundo libre de violencia y prejuicios para todos y todas.

Marcha de las putas.

1 comentario:

analeishon dijo...

bien babar!!! iría si estuviera en el df!