miércoles, 10 de mayo de 2017

Día de mi Mamá

Sigo revolviendo tus cajones cada que voy a casa. Espero encontrarte en cada cosita que dejaste atrás. Quedan pedazos tuyos en la colección de medallas y recuerdos de tus viajes que traías "para regalar" y que al final guardabas en algún cajón, esperando el siguiente cumpleaños o la siguiente Navidad para dejarlos olvidados de nuevo en su bolsita de regalo.

Quedan muchos recuerdos tuyos en tus cosas. Uso tu viejo celular para poder ver tus fotos. Me río cuando descubro que hacías capturas de pantalla porque no sabías bajar las imágenes a tu memoria. Ahí tienes, entre los videos cursis que mandabas y que ahora extraño, fotos de nosotros en la nueva casa, con Mía, en nuestras salidas... recuerdos de cosas que no viviste pero que compartiste con nosotros a la distancia. Me das ternura.

Me dan ternura las recetas que guardabas en tus notas, una tras otra. Pasteles y cupcakes y pollo oriental. Nunca las hacías. Algo me dice que las guardabas para nosotras.  Para esos días en que te llamábamos con preguntas de novatas en cocina o para pedirte ideas de qué cocinar para impresionar.

Paseo por las aplicaciones que tenías en tu tableta. Por recuerdos de cuando te la pasaste meses jugando plantas contra zombies. Pienso en los zapatos que compraste en esa tienda en línea con ofertas gringas que al final ni te quedaron y me los pongo yo.

Pienso en ti cada que toco tus cosas. Te platico en mi cabeza. Me río contigo.

Me aferro y me aferro a encontrarte en todas las cosas que dejaste, mamá.

Me pregunto si no estarás ahí, escondida entre tus collares de fantasía, o los imanes de Nueva York, o los labiales rojos que ahora me pongo todos los días.

A veces creo que vienes a sentarte conmigo un rato. Te pones a ver la tele. Todavía no sale la nueva temporada de esa novela boba que veías antes de partir. Te prometo que me la voy a echar completita cuando salga, para que vengas a verla tú también.

Te extraño todos los días.

(Estás aquí todos los días.) Ya sé, mamá. Ya sé.



PS.- Te compré una taza para té el año pasado. Dice "best mom ever".  La había guardado en la alacena y entre los viajes y las cosas, la perdí. Aún está guardada en la alacena. Te espera. Me pondré hoy los aretes negros que te dí al año pasado. Tu collar que dice "mamá". Seguiré tocando tus cosas como para sentirte. ¿Qué hicimos el año pasado, mamá?


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