martes, 27 de marzo de 2012

bye bye love.


Mi Hava está enferma
Siempre pensé que habiendo sido tan perfecta ella, habría de irse una noche de luna llena, entre sueños, sobre mi cama, conmigo.
Hoy Hava está enferma y nos dan la noticia de que no hay nada que hacer, más que esperar...
Yo me aferro como persona que soy a lo impermanente. Quisiera que no se fuera nunca. Que no me doliera pensar en sus ojitos que se cierran. Que no me diera miedo enfrentar al mundo sin ella.
Me lleno de arrepentimientos pensando: ¿y si hubiera dicho algo de su pancita que se veía inflada en lugar de pensar que estaba un poco gordita? ¿ Y si hubiera estado viviendo con nosotros? seguro yo me habría dado cuenta de que algo andaba mal...
pero al final no importa.
Porque Hava tiene 12 años, y los perritos a su edad son ya mayores. Ni todos los veterinarios de todo el mundo podrían encontrar una forma de hacer que ella viviera para siempre y bien, conmigo.
Pienso en que me duele al infinito no poder acompañarla todo el día los siguientes días. Pienso en que en un mundo más humano podría pasar sus días, los que fueran, dejándola lamer mantequilla fresca de mi cuchara y acariciándola mirándola dormir.
Pienso que me da terror ir a verla....pero que no puedo esperar para acariciar su pelito suave, lleno de canas, y abrazarla como lo he hecho cada vez que estoy con ella.
Siento que se me muere una partecita. Que los relojes paren y que el mundo se quede quieto. Que mi Hava está enferma y no hay nada que hacer.
A mi y a sus humanos no nos queda más que dar las gracias de haber compartido el tiempo con un extraordinario ser. La Hava que sabía reconocer el sonido del coche cuando llegaba. La Hava que apoyaba su cabeza sobre ti y te lamía las manos cuando llorabas. La Hava que no podría tener suficientes caricias, que cargaba su correa para que la llevaras a pasear, la Hava que nos ama, incondicionalmente, ante todo y para siempre.
Así llegan sus últimos días aquí como Hava....confío en que habrá de trascender como algo más. Confío en que cuando llegue el momento en que quiera decir adiós lo sabremos, y estaremos ahí a su lado para compañarla en el último respiro...por un rato.
Sé que nos estará esperando, a sus humanos, a su manada, en la orilla del río. Sé con seguridad que habrá de llevarme al otro lado.
Y así, en otro momento, en otro espacio, nos volveremos a acompañar.
Te amamos Hava querida. Gracias por ser durante 12 años la perrita más hermosa, la compañera más fiel, la cómplice más profunda.
Llenaremos tus últimos días de las cosas que te gustan...y habré de estar ahí para acariciarte la cabeza cuando quieras irte a dormir.
Te amo siempre. Babar. Tu humana.

Hava

Pensar en todas tus cosas favoritas.

Morder calcetines.
Comer mantequilla de mi cuchara.
Salir a pasear.
Subirte al coche.
Dormir en mi cama.
Que te acaricie la cabeza.
Que te acaricie la panza.
Ponerme la pata encima cuando por dos segundos te dejo de acariciar.
Comerte más calcetines.
Tomar agua de la manguera.
Tratar de morder el agua de la manguera.
Olisquear otros perritos.
Comer pan y cosas que no debes.
Lamerte las patas.
Corretear al gato del vecino.
Encontrarme cuando me escondo de ti.
Chupar el hueso de un mango.
Chupar un helado.
Pasear por el parque México donde hay muchos perritos.
Meter las patas al agua cuando hace calor (aunque ya no te guste nadar).
Estar conmigo. Mucho.

.... haremos eso. Mucho.

te amo mi Hava...

martes, 6 de marzo de 2012

the number 29


Este año hice un ejercicio. Había que describirse a sí misma, en el hoy y ahora. Pensé, pensé mucho en lo que estaba haciendo ahorita, en lo que sentía y en las y los que estaban cerca.

Luego hubo que hacer otro ejercicio, poniendo esta vez la historia de las cosas importantes que habían pasado antes. Pensé en momentos clave, en cosas que quería, en lo que a lo largo del tiempo ha permanecido conmigo. Me sentí bien de ver que había una línea entre el entonces y el ahora, y pensé también en que la yo de entonces se sentiría bastante bien con la yo de ahora.

Al final hubo otro ejercicio en donde alguien más escribía para ti. Pensé que tuvo que pasar un tiempo, un mucho tiempo, para que lo que yo quería escribir, lo que traía adentro, fuera casi lo mismo que alguien más me escribió.

Pienso en los últimos años con todos sus retos y sus fatigas. Las aventuras constantes. Los aburrimientos y la búsqueda de la emoción. Pienso en la escuela, en salir a campo, en escalar, en andar en bici, en salir de acampada, en andar en la combi, en tomar fotos, en leer y escribir... pienso en las cosas que fui dejando atrás, en lo difícil que es desprenderse, en la sensación de levedad que da el hacerlo, en el camino sincero, más sincero, que quiero buscar.

Pienso que a mis 29 me siento bien en mi propia piel. Que dejaron de molestarme mis cejas y que me llegaron las ganas de vivir aventuras como las que de niña pensé que habría que vivir. Pienso que fue el primer cumpleaños que pasé lejos de mi familia, de toda ella, y que aún así ,incluso ahora mientras escribo en casa a solas, pienso que me siento querida y acompañada.

Siento que está la gente que tenía que estar. Que se han ido algunos que volverán y que otros más se fueron tal vez para siempre. Pero así es. Así es y aprender que hay que desprenderse en el amor de todo y de todos y hasta de uno mismo es una lección importante. Que hay que tomarse las cosas más ligeras. Que hay disfrutar la bicicleta, y la fuerza en las piernas, y los momentos en casa a solas y en los que estoy rodeada de personas. Que hay que quitarse la pereza a veces y que a veces hay que extenderla hasta el infinito y hundirse en las sábanas y sentirse cubierta por el sudor de la noche y no pararse hasta que a una la escupa la cama.

Siento que hay pequeñas cosas que se han quedado conmigo de todos los momentos vividos. Siento que cuando empezó esta espiral en mi vida que se fue haciendo más y más grande, aparecieron como en las grandes historias las grandes figuras que habrían de acompañarme y caminar conmigo. Algunas por años, como Gerardo, otras por un breve destello y otras que se reducen a una frase (amar, amar, amar...).

Siento que hay cambios en el viento y que en una de esas será hora de dejarse llevar. Siento que tendré miedo, como siempre, pero también que me sentiré más fuerte, como ahora. Siento que en ese camino, en esta espiral, en este remolino que no cesa y que pasa y que grita como un viento grueso y palpable, siento que a cada paso, a cada palabra amable, a cada pequeña sensación de amor, se unen muchas otras que andan por ahí, sueltas, sin que nadie las note.

Así se van juntando, de a poquito, hasta que casi siento que se me atoran en la garganta y que los brazos me pesan de quererlas tomar. Siento que hay tanta magia y tanta belleza y tanto amor y tanta vida y tanta fe y tanta brisa que me llega desde el mar que a veces pienso que si ahora tuviera que dejarlo todo, cambiarlo todo, tendría todavía la certeza de que todas esas maravillas están ahí, para siempre y para todos (y todas).

All is love.

Feliz cumpleaños Babar.