Mi Hava está enferma
Siempre pensé que habiendo sido tan perfecta ella, habría de irse una noche de luna llena, entre sueños, sobre mi cama, conmigo.
Hoy Hava está enferma y nos dan la noticia de que no hay nada que hacer, más que esperar...
Yo me aferro como persona que soy a lo impermanente. Quisiera que no se fuera nunca. Que no me doliera pensar en sus ojitos que se cierran. Que no me diera miedo enfrentar al mundo sin ella.
Me lleno de arrepentimientos pensando: ¿y si hubiera dicho algo de su pancita que se veía inflada en lugar de pensar que estaba un poco gordita? ¿ Y si hubiera estado viviendo con nosotros? seguro yo me habría dado cuenta de que algo andaba mal...
pero al final no importa.
Porque Hava tiene 12 años, y los perritos a su edad son ya mayores. Ni todos los veterinarios de todo el mundo podrían encontrar una forma de hacer que ella viviera para siempre y bien, conmigo.
Pienso en que me duele al infinito no poder acompañarla todo el día los siguientes días. Pienso en que en un mundo más humano podría pasar sus días, los que fueran, dejándola lamer mantequilla fresca de mi cuchara y acariciándola mirándola dormir.
Pienso que me da terror ir a verla....pero que no puedo esperar para acariciar su pelito suave, lleno de canas, y abrazarla como lo he hecho cada vez que estoy con ella.
Siento que se me muere una partecita. Que los relojes paren y que el mundo se quede quieto. Que mi Hava está enferma y no hay nada que hacer.
A mi y a sus humanos no nos queda más que dar las gracias de haber compartido el tiempo con un extraordinario ser. La Hava que sabía reconocer el sonido del coche cuando llegaba. La Hava que apoyaba su cabeza sobre ti y te lamía las manos cuando llorabas. La Hava que no podría tener suficientes caricias, que cargaba su correa para que la llevaras a pasear, la Hava que nos ama, incondicionalmente, ante todo y para siempre.
Así llegan sus últimos días aquí como Hava....confío en que habrá de trascender como algo más. Confío en que cuando llegue el momento en que quiera decir adiós lo sabremos, y estaremos ahí a su lado para compañarla en el último respiro...por un rato.
Sé que nos estará esperando, a sus humanos, a su manada, en la orilla del río. Sé con seguridad que habrá de llevarme al otro lado.
Y así, en otro momento, en otro espacio, nos volveremos a acompañar.
Te amamos Hava querida. Gracias por ser durante 12 años la perrita más hermosa, la compañera más fiel, la cómplice más profunda.
Llenaremos tus últimos días de las cosas que te gustan...y habré de estar ahí para acariciarte la cabeza cuando quieras irte a dormir.
Te amo siempre. Babar. Tu humana.