Quiero emborracharme de letras y frases.
Quiero beberme a Foucault.
Quiero seguir atrapada entre los dedos de Murakami.
Quiero pasear en bosques de hojas verdes y doradas con Tolkien.
Quiero que Marx me explique lo que no acabo de entender.
Quiero que Erich Fromm me lo explique otra vez.
Quiero que Sartre me llene la garganta de nauseas.
Quiero que Kerouac me embriague con jazz.
Quiero ser un colibrí-árbol-guerrero con Belli.
Quiero a Benedetti susurrándome en la espalda.
Quiero que Sabines me haga llorar.
Quiero leer Altazor, Altazor una vez más.
Quiero no olvidarme de esa frase de Kundera que ahora no puedo recordar.
Quiero ser amiga de Yoshimoto.
Quiero ir a marte con Bradbury.
Quiero asustarme con Poe.
Quiero enamorarme con Shakespeare.
Quiero atragantarme, llenarme, colorear mis manos, sangrar mis dedos con las páginas,
Quiero que mi cabeza no deje de girar, quiero llevarme los libros a la cama.
Quiero emborracharme a diario, entre portada y portada.