Mañana cumplo 28 años. Cuando era niña no podía imaginarme más allá de esa edad. Para mí era lo más grande que podría llegar a ser sin cruzar esa barrera cultural-esquizofrénica de los 30s. Me imaginaba en traje sastre y tacones, el cabello largo....más alta me imaginaba también.
Sobre decir que a mis 28 años de una cosa estoy segura. La niña que era en ese entonces está mucho más orgullosa de lo que soy ahora, con mis tennis a diario, mi cabello corto y rosa, mis piercings y mi próximo tatuaje, de lo que lo estaría de esa informe e imaginaria mujer ejecutiva.
De eso estoy segura.
Así que cuando haya un poco de tiempo iré poniendo por aquí esas cosas que uno piensa cuando llega "a cierta edad". Mientras tanto les diré que mañana es mi cumpleaños y que mirando atrás y adelante, me gusta el lugar en el que estoy ahora.
1.- La familia no es lo que te enseñaron. (PD Viva la familia!): Esa imagen idealizada del hogar de padre madre e hijitos se ve ahora rebasada por una realidad social que admite todo tipo de diversidad. En esa diversidad hay tanto amor y belleza que deberíamos dejar de soprendernos por los nuevos modelos de familia. Yo tengo una nueva familia pequeña. Se compone de Rama y yo y nuestra casita. Nuestra mesa de jardín que adorna la cocina. Nuestras noches de películas y vino tinto. Nuestros viajes. Estimado Profesor de los martes, no me importa que le parezca un modelo egoísta y sin compromiso. Me gusta. Es mía y es hermosa.
Viva la familia porque a los 28 años ya no estás (bueno al menos yo) peléando con mamá por las horas de llegada, ni con papá porque no me da la gana hacer tal o cual cosa. A los 28 tus hermanos y hermanas ya te saben (o deberían saberte) una persona que ha decidido, por lo menos en lo general, qué quiere y qué no quiere de la vida. A los 28 cuando no vives en casa da tanto, tanto gusto recordarla. Tanto gusto visitarla. Mi familia es hermosa y comprensiva y apoyadora. A veces un poco juzgona (como todas, supongo) pero llena de amor. Es mía y es hermosa.
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